La reina se queda sin su propio asiento.
Isabel II de Inglaterra se quedó sin poder ocupar el palco real del hipódromo porque había sido alquilado a otras personas por los organizadores de la carrera de caballos de Newbury. Como consecuencia, Isabel II se vio materialmente "expulsada de su propio palco y tuvo que sufrir la ignominia de pasar el día en el de los invitados", según cuenta el Daily Telegraph. El palco real lo había alquilado John Finch, un agente de seguros que celebraba su 60 cumpleaños con su esposa, Sheila, y que había pagado más de 11.000 euros para ver correr a su caballo. "Lo alquilé en julio del año pasado, así que no iba a perderme la ocasión", explicó Finch, cuya esposa dijo de la reina: "No le presté demasiada atención porque estar allí nos había costado mucho dinero".
0 comentarios:
Publicar un comentario