Su nombre era Francis Galton (1822-1911), por cierto, primo de Charles Darwin y creía que todo cuanto nos rodeaba podía cuantificarse, y esta obsesión lo llevó a realizar muchas cosas raras.
Galton llegó a convertirse en uno de los científicos más respetados en Gran Bretaña por sus trabajos en estadística, psicología experimental y antropología. Vivió con la idea de que todo cuanto nos rodeaba podía cuantificarse, y esta obsesión lo llevó a enumerar y medir cualquier grupo de objetos o personas que encontraba, desde las curvas de una mujer hasta el número de pinceladas que le tomaba a un artista crear un lienzo. Era tal su manía que siempre cargaba una regla en el bolsillo y llevaba anotaciones de todo.
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