EFE. Reportajes. Durante las etapas de gran incertidumbre, deterioro o amenaza económicos, como la que actualmente atraviesa el mundo, se multiplica el riesgo de caer en la adicción a los juegos de apuestas o azar, con la vana idea de solventar la falta de dinero.
Inestabilidad o precariedad laboral, falta de dinero o trabajo, dificultad para afrontar los pagos mensuales, deudas y más deudas, ausencia de perspectivas de solución a corto plazo…
Ante la actual crisis económica y financiera, en lugar de asumir la dura realidad y tratar de afrontarla de la mejor manera posible, muchas personas caen en la tentación de evadirla o de resolver su situación siguiendo el camino del menor esfuerzo.
Para conseguirlo, eligen lo que perciben como una salida rápida a sus “carencias de bolsillo”, pero que muy pronto se convierte en la puerta de entrada no sólo a un mayor deterioro económico, sino también psicológico y emocional.
Su presunta “tabla de salvación” es el juego y las apuestas, pero se hunden con ella, cuando caen en la adicción patológica.
“Los tiempos de crisis son potencialmente peligrosos para quienes ya padecen de ludopatía y para quienes ven en el juego una salida a su situación”, según el psicólogo Antonio Castaños, de la asociación alicantina Vida Libre (AVL), que ayuda a los ludópatas a abandonar su adicción.
Según este experto, las crisis económicas también comportan “un riesgo potencial para quienes están en fase de rehabilitación de su ludopatía y para aquellas personas que se inician en el juego durante la crisis pero prosiguen con su adicción una vez que la etapa de estrechez económica o laboral ha sido superada”.
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