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domingo, 17 de mayo de 2009

Dos Minutos

Por: Luis García Dubus

EL CUENTO DEL NIÑO FELIZ

Juan 15, 9-17

Su mamá le había dicho que Dios era su papá, y el niño se lo había creído, porque todos los niños creen lo que su mamá les dice.

Tanto se lo había creído, que cuando un día lo llevaron al templo y le dijeron que esa era la casa de Dios, el niño se sintió en su casa.

Tenía 12 años, pero conservaba la candidez, y la inocencia característica de todo niño sano. Allí se puso a conversar con unos viejos, muy interesado en lo que ellos decían, porque el niño sabía escuchar.

Pero también él hizo algunos comentarios que sorprendieron a los viejos, porque para 12 años este niño razonaba bien, y sabía mucho. Tremenda mamá. Y tremendo niño éste.

Vinieron el papá y la mamá del niño y se lo llevaron para la casa, que estaba bastante lejos. Allí siguió él estudiando con la mamá y trabajando con el papá, que era un obrero, un chiripero que trabajaba muy bien con la madera y era un hombre serio.

Y pasan 18 años, con lo que ya este niño era un hombre de 30. Un hombre sencillo como su papá, y de fácil trato, como su mamá.

Entonces le sucedió algo muy impresionante. Resulta que se puso en una fila a la orilla de un río, donde la gente iba para que un primo de él los bautizara como para limpiarlos con el agua del río. Y él no estaba sucio, pero fue como quiera.

Y entonces fue que pasó lo grande. Tan pronto salió del agua, vio rasgarse el cielo, vino una paloma y se le posó en la cabeza, y se oyó una voz que le dijo:

“TÚ ERES MI HIJO,

A QUIEN YO QUIERO, MÍ PREDILECTO”.

Esto sí que fue grande. Ya no era la mamá quien le decía que Dios era su papá, ahora era el mismo Dios que lo afirmaba, y en público, y además declarando que Él era su Hijo querido, su predilecto.

Esta idea: “EL PADRE ME AMA,” da sentido a toda la vida del Señor Jesús. Es todo para El, todo lo que Él necesita. Es su convicción más profunda, su motivación, su alimento.

Esta experiencia de ser amado centra su vida y lo hace totalmente feliz. Hoy manifiesta su deseo de que también usted y yo la tengamos, para que también nosotros seamos felices.

Por eso dice en el evangelio de este día (Juan 15, 9-17):

“ COMO EL PADRE ME AMA,

ASÍ LOS AMO YO.”

Y más adelante:

“LES HE DICHO ESTO PARA QUE COMPARTAN MI ALEGRÍA, Y ASÍ SU ALEGRÍA SEA TOTAL”

LA PREGUNTA DE HOY

¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR HOY?

Esto es lo que yo oigo que el Señor me dice a mí, espero que también usted hoy lo escuche:

“El Padre me ama, y así como el Padre me ama, te amo yo a tí. Tú eres mi amigo, mi amigo querido.

Y para que tú seas feliz igual que yo, recibe mi amor, y con ese mismo amor que yo te doy, ama tú a los otros. Esta es mi norma. Haz esto y serás mi amigo, mi amigo feliz”

De este modo el punto de apoyo de mi felicidad no está en mí, está en su amor por mí.

Y es Él quien me ha elegido a mí, no yo a Él (Juan 15, 16)

Ese amor de Jesús por mí es el fundamento de mi vida. Y así como El decía “EL PADRE ME AMA”, puedo yo decir:

“JESÚS ME AMA”.

No es cuestión de méritos míos, como yo creía. ¡No había entendido nada... !

ES CUESTIÓN DE FE EN SU AMOR, Y DE DEJARME INVADIR, como Pedro, como Pablo y como todos sus verdaderos discípulos.

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